De mando en mando y tira porque le toca. Callado se despierta cada mañana para cerrar ‘ a cal y canto la puerta’ del cuarto de baño. Su mujer le espera impaciente para ofrecerle un beso, y él, preso del sueño, lo esboza a través de su pensamiento.
Enseguida se pone las pilas y sacude su peine en busca de los cabellos que le quedan, dando pasadas a éste, una y otra vez…
Su sonrisa mañanera, aunque forzada en ocasiones, se abre paso por la calle para ofrecer a sus compañeros un humor del bueno que hace que un día tedioso de trabajo austero, se convierta en casi una fiesta privada.
Todo el que le conoce sabe que en sus ojos hay una luz especial que añade a su carácter el carisma por el que es reconocido, y una percha que ni Miguel Bosé…
De repente un día se dispone a fruncir el ceño y activa el modo ‘no hablo con nadie’ para reivindicar así alguna muestra de cariño de quiénes le rodean. Como si de un calco se tratase, rinde homenaje diario a la figura de otro hombre que tomó un sillón en sus últimos días de aventura vital, y decidió que ése sería su sino hasta que se lo llevasen.
Y se fue. Agarrándome la mano con la fuerza de un bebé cuando acaba de nacer. Con la mirada perdida y el corazón lleno. Repleto de los suyos, y con una oración resonando en sus oídos.
Aquí nos quedamos el resto, recordándote a diario. Él hace que cada día te vea y te oiga, y te sienta.
No cabe la menor duda de que allí donde estés, cuidas permanentemente de su paciencia, saber estar, buen humor, inteligencia, actitud positiva ante la vida, y su cariño a los afortunados que estamos junto a él.
Y usted dirá… ¿Y quién es él?
nitodolocontrario 